
En Halloween los niños se disfrazan de aspecto terrorífico, fantasmas, brujas, o esqueletos. Recorren las calles con otros niños pidiendo caramelos al son de «truco o trato». Es una ocasión ideal para organizar una tarde de actividades, pasar una tarde terroríficamente divertida, además de favorecer el juego dramático o de imaginación en los niños.